Este fue el gran descubrimiento de un médico británico, el doctor ATW Simeons:

El primer informe sobre el uso de la hCG para el tratamiento de la obesidad fue publicado en 1954 por el difunto Dr. ATW Simeons, un médico británico que ejercía en el Ospedale Salvatori Mundii en Roma.

Mientras trabajaba en India, notó que los así llamados “niños gordos”, que presentaban distrofia adiposogenital, mejoraban la condición de sus testículos, que aún no habían bajado, al ser tratados con hCG. Pero observó también que durante el curso del tratamiento se modificaba la distribución de la grasa corporal.
Por lo tanto hipotetizó que si estos niños fuesen sometidos concomitantemente a una dieta muy hipocalórica podrían reducir su peso corporal, al consumir estos depósitos adiposos que se estaban movilizando.

– Los pacientes toleraban la dieta hipocalórica sin sufrir las cefaleas, irritabilidad y debilidad, tan comunes en los tratamientos para bajar de peso.
– El período de mantenimiento era más efectivo en comparación con los procedimientos dietéticos simples.
– La reducción de peso era más satisfactoria que aquella obtenida con las dietas hipocalóricas estándares.
– Los pacientes perdían más grasa corporal (medida en centímetros) en aquellas zonas donde los depósitos adiposos eras más conspicuos.

El Dr. Simeons hipotetizó que la hCG actuaba a nivel diencefálico, modulando los centros regulatorios hipotalámicos, que a su vez eran responsables por la acumulación excesiva de grasa que se observaba en la obesidad.